Puede que Irlanda tenga 40 tonos de verde, pero Carlow puede satisfacer los gustos de 40 expertos en jardinería. La ruta de los jardines de Carlow es una de las mejores de la isla. Por su parte, los jardines silvestres de estilo natural Altamont House se convierten en una explosión de campanillas de invierno cada mes de febrero.
Sumérgete en el corazón de Irlanda y recorre el paseo de los viejos tejos en el castillo de Huntington, donde se dice que siguen deambulando fantasmas de monjes. Los Delta Sensory Gardens, a las afueras de la ciudad de Carlow, son un oasis terapéutico y multisensorial para todo tipo de visitantes.
Belleza acuática
Por supuesto, no hace falta ser jardinero para disfrutar al máximo de la visita a los jardines del condado de Carlow, ya que está repleto de otros paisajes seductores, como el serpenteante río Barrow.
Hubo una época en que multitud de embarcaciones cargadas de mercancías y personas abarrotaban el Barrow, que atraviesa el área occidental del condado en su recorrido hacia la costa sur, pero actualmente discurre mucho más tranquilo.
A su paso por ciudades históricas como Leighlingbridge y St Musllins, el cauce está flanqueado por las ruinas de viejos molinos y almacenes, así como adornado con esclusas victorianas y frondosos caminos de sirga.
Montañas y la Edad Media
Aunque la campiña de Carlow está plagada de tesoros como a Borris House a Grove y el impresionante motte (montículo) de St Mullins (que recuerda los orígenes del pueblo como punto de vado normando), Carlow ofrece algo más que jardines tranquilos y una historia agitada.
Imagina el monte Leinster, el pico más alto de las a montañas Blackstairs, como un lugar en el que los adictos a la adrenalina hacen parapente volando en térmica con sus coloridos paracaídas, que parecen estallar como pompas de chicle al aterrizar en el valle.
